Un nuevo libro "liberado" por Alfaqueque Ediciones: Recitando a Petrarca

Una sala absolutamente llena del Museo Ramón Gaya de Murcia fue ayer testigo de la presentación de la novela Recitando a Petrarca del escritor murciano Ignacio Borgoñós. Un nuevo libro editado, "liberado", por nuestra editorial Alfaqueque Ediciones creada por el ciezano Fernando Fernández Villa, un aventurero de las letras o como ya decía en otra entrada de este blog: hacedor de la asombrosa idea de crear una editorial en Cieza. Un acto de presentación solemne y de gozo por la "liberación" de otro libro; pero también sencillo, ameno y del gran nivel conducido por el propio autor, Ignacio Borgoñós; por el Catedrático de Literatura Española de la Universidad de Murcia y escritor, Mariano de Paco; y por el editor, Fernando.

Entre las manos tengo el libro, finalista "Mario Vargas Llosa" 2008, con una dedicatoria personal (ver algunas fotos de la firma de ejemplares posterior a la presentación); y una referencia sugerente en la contraportada: ¿Pueden unos versos de Petrarca cambiar la vida de un hombre? La de Gabriel Siloé, sí, pues a pesar de recibir la noticia de que ha sido galardonado con el prestigioso Premio Pritzker de Arquitectura, camina embrujado por las calles de Budapest, donde reside, con el mismo libro bajo el brazo, sin importarle el éxito profesional, pues está atormentado por su pasado. Una llamada procedente de Toledo, reactiva la necesidad de una segunda oportunidad, aunque esa decisión le haga enfrentarse con su padre tras décadas de distancia y silencio, mostrándose inocente ante la sorpresa que un áspero y violento destino le depara.

Una nueva novela por leer, otra experiencia vital a la que entregarnos en la que, según sigue diciendo en la contraportada, desnuda la inconsistencia de las vidas sustentadas en el poder o el reconocimiento, si previamente no tienen una cimentación pasional que lo validen todo, sabiendo conducir al lector por una historia parabólica y de doble vía entre pasado y presente, que atravesará increíbles paisajes de dos ciudades que ha sabido reinventar.

Seguro que, tanto Fernando como Ignacio, muy pronto nos vuelven a sorprender. Mis más sinceras felicitaciones a ambos.