sábado, 25 de septiembre de 2010

Las olivas de Cieza (III): Oliveras y olivares singulares

En la actualidad conviven en Cieza oliveras centenarias convertidas en oliveras y parajes singulares e históricos con multitud de jóvenes plantaciones. Las primeras hicieron, a lo largo de la historia, famosas las olivas de Cieza por su excepcional calidad; las segundas continúan, como legítimas herederas, produciendo olivas excepcionales. Las primeras casi abandonadas o convertidas algunas en monumentos vivos y las segundas especialmente mimadas.

Algunas de estas oliveras singulares han tenido el privilegio de convertirse en monumentos vivos como la que podemos encontrar en la Esquina del Convento (ver o
livera) o en el Parque Príncipe de Asturias conocida como Olivera del Disco (ver olivera); y también la situada en la cuesta de la Atalaya pegada a la acequia justo después de pasar el Puente Alambre (ver olivera). Muchas otras oliveras están agrupadas formando parajes singulares como las que podemos encontrar junto a la Fuente del Ojo casi al final del camino de la Fuente; o en la Arboleja justo detrás del colegio Jaime Balmes y frente al Polideportivo (ver dos de estas oliveras: olivera1 y olivera2; o ver toda la galería de fotos); o las situadas en las faldas de la Sierra del Oro (ver seis de estas oliveras: olivera1, olivera2, olivera3, olivera4, olivera5; o ver toda la galería de fotos). Y muchos otros olivares naturales situados en rincones perdidos, olvidados y abandonados a su suerte que deberían tener una protección especial. Todas ellas impasibles dando sus frutos, testigos silenciosos del paso del tiempo, dejándose fotografiar sabiéndose parte de la historia e identidad de un pueblo que en gran medida las ignora y las ha dejado a su suerte; “una suerte” que hace que la mayoría de ellas tengan los días contados.

Esta es la tercera entrada de una serie de cuatro. En la primera nos preguntábamos si se debe decir oliva o aceituna; en la segunda nos acercábamos a las olivas a través de las acuarelas de José Ato Saorin. Y en la próxima y última entrada saboreamos nuestras olivas aderezadas según distintas recetas tradicionales.

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